DE AMÉRICA: EL CONTINENTE EN LA COPA LIBERTADORES

DE AMÉRICA: EL CONTINENTE EN LA COPA LIBERTADORES

Editorial:
EDICIONES CARRASCOSA
Año de edición:
Materia
FÚTBOL: NARRATIVA Y ENSAYO FÚTBOL INTERNACIONAL: HISTORIA, BIOGRAFÍAS
ISBN:
978-987-86-8063-7
Páginas:
248
18,95 €
IVA incluido

“Si el fútbol es un viaje, este libro nos lleva (como no lo ha hecho ningún otro) por todo América del Sur en la búsqueda del máximo torneo del continente, la Copa Libertadores. No es sólo una crónica de fútbol: lo es de nuestros pueblos y nuestra historia”.

Andrés Burgo

“Un libro sobre el mundo del fútbol, sin fútbol. Un libro excelentemente escrito, culto, con permanentes apariciones de San Martín, Bolivar y el “Pollo” Vignolo para que se sepa clarito la Copa de que Libertadores se levanta en cada final”.

Esteban Schmidt

Te ofrecemos un extracto de uno de los capítulos:

«Yacuiba».


Decidí partir rumbo a una ciudad boliviana llamada Yacuiba, en la frontera con Argentina, cuando supe que un espectral equipo de ese lugar, el Petrolero del Chaco, se había clasificado a la Copa Sudamericana. La Sudamericana es un certamen internacional similar a la Libertadores, aunque de menor tradición e importancia, y el Petrolero del Chaco iba a jugar un partido casi anónimo, condenado al limbo de Fox Sports 2 si no al inframundo de Fox Sports 3, contra un ignorado equipo ecuatoriano llamado Universidad Católica de Quito.

No entendía qué hacían esos dos equipos totalmente desconocidos en un torneo internacional y por ende en mi televisor.

En las fases iniciales de los certámenes internacionales pululan equipos sorprendentes que provienen de lugares inesperados, pero este caso era particularmente excepcional: si equipos como el Petrolero del Chaco estaban jugando la Copa Sudamericana es porque el torneo había experimentado una ampliación radical.

Unos años antes de la aparición del conjunto de Yacuiba, treinta y cuatro equipos jugaban la Sudamericana. Pero cuando el Petrolero del Chaco la jugó, fueron cincuenta y cuatro. Alejandro Domínguez, Presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol, dijo refiriéndose a las reformas: "el nivel de esta competición está garantizado por la presencia de clubes de renombre, de gran historial y de alto nivel popular". Sin embargo, estos equipos de renombre y gran historial que empezaron a abrevar en mi televisor eran extremadamente desconocidos. Más aún, eran clubes recién nacidos que salían, por obra y gracia del cambio de formato, a la luz de América: Fuerza Amarilla de Ecuador (fundado en 1999), Comerciantes Unidos de Perú (2002), Atlético Venezuela (2009) o Estudiantes de Caracas (2014). Equipos que ya estaban más que satisfechos jugando en la primera división de sus propios países y que, inesperadamente, salieron del confinamiento de las ligas locales y se echaron a rodar por la inmensidad del continente.


A esta estirpe pertenecía el Petrolero del Chaco, fundado en el año 2000 y sobre el que Wikipedia aclaraba: "No confundir con Oriente Petrolero". En el escudo del club que había escrutado en Buenos Aires, antes de salir a la ruta, se advertía una pelota de fútbol, una torre de extracción petrolífera, una cadena montañosa, un sol naciente o poniente, un sombrero de ala ancha y un bombo: atributos característicos de la Bolivia chaqueña. Ése era el escudo de un equipo que jamás había jugado una competencia internacional y que, en realidad, tampoco se había clasificado directamente a aquella, pero que entró gracias a una carambola: los equipos mexicanos no pudieron participar de la Copa Libertadores por cuestiones de calendario y sus tres cupos para aquel torneo quedaron disponibles. Como consecuencia, uno de los equipos bolivianos que estaba clasificado para la Sudamericana "ascendió" a la Libertadores y el Petrolero del Chaco, que había hecho una campaña modesta en el torneo local (había quedado octavo en una liga de doce equipos), apareció donde nadie lo esperaba, convirtiendo a Yacuiba, cuya población no llega a los cien mil habitantes, en orgullosa sede de la Copa Sudamericana.

***

Bolivia nació a la faz de la tierra de una manera distinta a la de los otros países sudamericanos. Lo hizo tardíamente, en 1825, y para independizarse no sólo de España sino también, y especialmente, de sus vecinos. Era difícil que los peruanos, por ejemplo, no reclamaran sus derechos sobre un territorio que se conocía como "Alto Perú", y de ahí la guerra peruano-boliviana de 1841. Pero no era ése el único problema: en la época de la independencia, los porteños consideraron que, como el Alto Perú había estado en la órbita del Virreinato del Río de la Plata dirigido desde Buenos Aires, aquel territorio debía integrarse a las Provincias Unidas del Río de la Plata, lo que más tarde sería la Argentina. La idea tenía cierto asidero porque en ese entonces las dos naciones no estaban claramente divididas: el primer presidente de las Provincias Unidas, Cornelio Saavedra, había nacido cerca de Potosí, y al famoso Congreso de Tucumán acudieron representantes de ciudades que hoy son bolivianas. Además, Buenos Aires había enviado varias expediciones auxiliadoras al Alto Perú para echar a los españoles de ese territorio.

Por estas cuestiones es que en la Declaración de la Independencia de Bolivia se lee que se erige un Estado independiente "de todas naciones, tanto del viejo como del nuevo mundo".

Ahora bien: una vez instituido el nuevo país, ¿cómo establecer sus fronteras? La respuesta está en las guerras que los bolivianos han padecido con todos sus vecinos excepto Argentina: la Guerra del Pacífico contra Chile, la Guerra del Acre contra Brasil, la Guerra del Chaco con Paraguay, además de la ya mencionada guerra con los peruanos.

Con Argentina no hubo contienda militar porque existió un "tratado definitivo para solucionar amistosamente" la cuestión de los límites. Se firmó en 1889 y es un texto alucinatorio como todos los de su índole porque funcionarios de saco y corbata se pusieron a legislar la propiedad de una lejanía hecha de quebradas, serranías, ríos y desembocaduras: "…donde principia la serranía de Zapalegui; de este punto seguirá la línea hasta encontrar la serranía de Esmoraca, siguiendo por las más altas cimas…".

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