"Aquellos domingos de gloria" los llamaba el maestro Félix Martialay, el gran pionero en el estudio de la historia del fútbol español. Y es que entonces apenas si se jugaba en sábado –y no digamos ya en esos espurios viernes o lunes... –. Por eso el fútbol veterano tiene el aroma inconfundible del día domingo, y sus tardes eran menos plúmbeas, previsibles y deprimentes gracias a la tropa de peloteros, autóctonos e importados, que amenizaban las últimas horas de libertad –condicional, pero libertad al fin y al cabo– de currantes y colegiales, hombres mujeres
y niños, aunque su universo espectador y expec tante fuese todavía mayoritariamente masculino.
Tardes de incómodos estadios, con la mayoría del personal hacinado a la intemperie, tardes de vetustos transistores e iusionadas quinielas, coronadas por la festiva guinda de un partido televisado en humilde blanco y negro. Tardes que forjaron y formaron a millones de aficionados inasequibles al desaliento, contra viento y marea. Honor y gloria a todos los que nos hicieron olvidar, siquiera por unas pocas horas, aquellos tiempos difícies, tiñéndolos con sus pequeñas
o grandes penas y alegrías, que duraban una semana justa, hasta el preciso momento en que un árbitro severamente ataviado de negro volvía a hacer sonar su autoritario silbato, dando así comienzo al mayor espectáculo del mundo"
– Dividido en 13 apartados, incluye las biografías de 120 jugadores, con fotografía y una ficha de su trayecoria deportiva