PISTOL. LA INCREÍBLE HISTORIA DE PETE MARAVICH

PISTOL es mucho más que la biografía de un jugador de baloncesto. Está construida con la misma materia que las grandes novelas clásicas. PISTOL cuenta la historia de un chico transformado por el sueño de su padre, y el peaje que toda la familia acaba pagando por ese sueño. Mark Kriegel captura en esta conmovedora historia la apasionante saga de una familia americana: su ascensión, su aparente ruina y, finalmente, su redención.

«El mejor libro deportivo en años.»
LOS ANGELES TIMES

«Extraordinario.»
NEW YORK DAILY NEWS

«Magistral.»
NEW YORK TIMES

«Nunca vi a un jugador más espectacular que Pistol. Su juego era señorial e inimitable y debería haberse convertido en el mejor jugador de la historia. Este gran libro de Mark Kriegel nos explica por qué no fue así. ¡Qué gran libro!»
Pat Conroy

«Pistol no es solo la biografía de un deportista transcendente y malhadado. Es un cuento sobrecogedor sobre una familia americana luchadora, sobre un padre y un hijo tan entrelazados como Dédalo e Ícaro. Kriegel ha escrito una obra sensacional que te atrapa desde la primera página.»
Rick Telander

«Pistol es un clásico cuento americano narrado de forma excepcional. Con un estilo vívido y muy bien documentado, Mark Kriegel nos presenta los gozos y los pesares de Pete Maravich, un baloncestista inimitable que fue a la vez atemporal y un adelantado a su tiempo; un genio atormentado por los demonios: el de su padre y el suyo.»
David Maraniss

«Este es el mejor libro deportivo que he leído en años. Tanto la documentación como la forma y el ritmo son excepcionales.»
Terry Pluto


PISTOL es mucho más que la biografía de un jugador de baloncesto. Está construida con la misma materia que las grandes novelas clásicas. PISTOL cuenta la historia de un chico transformado por el sueño de su padre, y el peaje que toda la familia acaba pagando por ese sueño. Mark Kriegel captura en esta conmovedora historia la apasionante saga de una familia americana: su ascensión, su aparente ruina y, finalmente, su redención.

Maravich no fue un arquetipo, fue varios: el niño prodigio, el hijo pródigo, el precio que pagó su padre en un pacto faustiano. Fue una figura contradictoria, siempre a contracorriente: la esperanza blanca de un deporte negro, un virtuoso atrapado en una orquesta, un showman exuberante incapaz de mirar a la gente a los ojos, un borracho vegetariano, un atleta que vivía como una estrella del rock, un genio despilfarrador y suicida salvado por Jesucristo.