«Érase una vez… un niño al que le encantaba jugar al tenis y al fútbol, como a tantos otros niños que vivían en los rincones más dispares del mundo. Tenía cuatro años y se pasaba el día pegado a un raqueta y a un balón».
Con la humildad siempre como bandera, el gran tenista Rafa Nadal fue descubriendo, ya desde su infancia, lo que de verdad importa y los valores que guían su vida.
En cartoné y color.